El ataque y la invasión marciana fue utilizado por H.G.Wells en la Guerra de los Mundos (1898), para mostrar a la población inglesa los efectos de la guerra causados por una civilización tecnológicamente más avanzada contra una con escasas posibilidades de defensa, una clara analogía a la violencia del imperialismo. A. Bogdánov por otro lado, en Estrella Roja (1908) describía el descubrimiento de parte de la tripulación de la nave Eteronef de una utopía comunista realizada en el planeta rojo, mientras en Aelita (1924) de Y. Protazánov eran los terrestres a exportar la revolución al planeta esclavizado. Marte acabó convertida en una anti-Tierra, mecanismo narrativo, lugar imaginario para fabricar discursos utópicos y distópico sobre los posibles futuros de la humanidad. Sus habitantes, los marcianos, se convirtieron durante la Guerra Fría en el alter-ego del enemigo comunista y, una vez que la paranoia dejó espacio a otros miedos, en representación del invasor amenazante, el inmigrante, el extranjero. La conferencia propone un recorrido literario de los diferentes mundos “marcianos”, utopías y distopías que vieron en el planeta rojo una herramienta para observar nuestra sociedad.

El periodo histórico actual es el de mayor implementación tecnológica, en especial cuando se habla de las posibilidades encontradas en la bionanotecnología y la materia dinámica o funcional. Este marco ha generado un reto evolucionista, en el que las propuestas desde las distintas especialidades de la ingeniería y diseño, requiere de un aumento de responsabilidad en la integración social, en el pensamiento sobre la forma de habitar, en la definición de interacción entre humano vs soft technologies y en escenarios nuevos de cómo socializar desde otros hábitos de vida. Si, además, se plantea que la tecnología no solo es contextual sino que ya es parte integrada en el humano, se puede especular sobre una nueva generación de humanos con capacidades superiores a las conocidas. Incluso romper algunos límites de supervivencia actuales, como lo son la línea de la atmosfera próxima o el tiempo de vida orgánico. Se podrían plantear otros escenarios que se encuentran fuera de esos límites: el espacio exterior y otros planetas que habitar.

La Tierra ha desaparecido. Después un planeta negro, como una bola de madera quemada. Sumamos varias generaciones de humanos en Marte. Ya nadie habla de la Gran Pérdida. Habitamos Marte así, indirectamente, atravesados por una nostalgia del origen. Paseamos por los bosques humeantes de vapor, bajo la presión de enormes cúpulas geodésicas. Desde la altura del asiento de mi vehículo desarrollé una sensibilidad hacia el paisaje que me recordaba al trascendentalismo de R.W. Emerson, W. Whitman o H.D. Thoreau. Entre los cristales empañados emergía el Sublime Rojo.

En esta sesión abordaremos, desde una perspectiva crítica, las posibilidades de explorar otros planetas e incluso de poder llegar a establecernos como habitantes extraterrestres. Propuestas como Mars Science City especulan con la posibilidad de colonizar Marte. Una promesa de futuro alternativo que sigue partiendo de viejas premisas: exploraciones coloniales y lógicas extractivistas. Fábulas posibles para huir a un destino exótico, tras haber convertido progresivamente el planeta Tierra en un vertedero de residuos humanos. Abordaremos cómo las promesas de futuro espacial parecen seguir siendo articuladas desde una perspectiva antropocéntrica.

Entre el mapa de África de 1830 al que Joseph Conrad alude en El corazón de las tinieblas, un mapa lleno de blancos y áreas inexploradas, y la emisión vía satélite de los Beatles en 1967 para 700 millones de espectadores, All you need is love, se cierra el proceso final de un mundo cartografiado sin ningún rincón donde esconderse. El único mito de la evasión posible al fin de la carrera espacial, de Kubrick a Bowie pasando por Colombo o Rabanne, es el espacio. Los nuevos Rimbauds de la contracultura de finales de los sesenta convertirán Marte en el nuevo espacio simbólico de la libertad, el último reducto para la utopía.

Sesión final abierta a la participación del público: lecturas de libros, fragmentos de películas, reflexiones libres alrededor del viaje y de la colonización espacial.