El feminismo de los años 70 fue en buena medida fruto de una generación que, por decirlo de alguna manera, descubrió la experiencia de la política, que conoció el poder y el entusiasmo que nace de tomar de manera concertada la iniciativa en la vida pública. Se trató de una generación con una gran voluntad de acción y una destacable confianza en la posibilidad de rediseñar el espacio común. Fue una insurrección creativa que aspiró a responder a los acontecimientos y a dar lugar a nuevas formas de relación y de discurso, y lo hizo sin recurrir a ningún tipo de texto sagrado, de forma que se manifestó como práctica, como un actuar sin modelo –El segundo sexono es, en ningún sentido, el equivalente de los textos teóricos del marxismo ni asimilable a un decálogo. Efectivamente, no había representación de un modelo de sociedad futura, sino un continuado ponerse en juego y correr el riesgo de la acción, de manera que no fue fácilmente reducible a fórmula ni a bandera. Esta característica, extraña a los movimientos revolucionarios modernos, se tradujo en numerosas líneas de acción, en muchas corrientes o tendencias, a menudo en conflicto con ellas, como sabemos.

Décadas después de aquella explosión de libertad, podemos prestar atención a su legado y verlo entretejido en las formas contemporáneas de activismo feminista.

Con esta conferencia, el Institut d'Humanitats de Barcelona y el CCCB se unen a la conmemoración del 40 aniversario del nacimiento del movimiento feminista en Cataluña, marcado por la celebración en el paraninfo de la Universidad de Barcelona de las Primeras Jornadas Catalanas de la Mujer en mayo de 1976. La conferencia inaugura además el curso "Grrrls! Feminismo y activismo contemporáneos", dirigido por Elena Laurenzi, À. Lorena Fuster y Florencia González.